edificio colores

Ramírez se descarga por la gestión anterior y dice no tener culpa de acaparar “tantas competencias”

Las lamas calcinadas del edificio de colores que impedirían cumplir la legalidad./archivo

El actual consejero de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos defiende su gestión y la de los técnicos, no tanto así, la anterior a su llegada al Gobierno. Sobre el edificio de colores, al que obliga ahora a cambiar la fachada por no cumplir, dice “desconocer los detalles” de la decisión de su área y entiende que los vecinos tengan derecho a reclamar

El consejero de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Alejandro Ramírez, ha negado tener conocimiento de los pormenores –“desconozco el detalle”- de lo que sucede con la fachada del edificio de colores. Lo que sucede que el consejero desconoce es que los técnicos de su Consejería han emitido ya informes por los que obligan a la comunidad del edificio a asumir el coste del cambio de fachada que es obligatoria. Dicho cambio viene motivado por no cumplir con los requisitos que marca la legalidad para poder evacuar a las personas en caso de siniestro. Algo que habría puesto en evidencia el incendio sufrido el pasado mes de julio, cuando se descubrió que los 40 centímetros que hay entre lama y lama de la fachada no son suficientes para poder sacar a personas por ese hueco. El asunto es que el edificio es de julio de 2007 y entonces nadie detectó problema alguno para autorizar su construcción conforme al proyecto finalmente ejecutado ni tampoco para concederle a los compradores de las viviendas la célula de habitabilidad.

“Si a día de hoy, después de producirse el incendio, los informes técnicos consideran que hay incumplimiento, pues obviamente tendrán que aplicar la normativa. No sé de qué año es ni si tenía otros condicionantes o excepciones”, ha explicado Ramírez.

Lo cierto es que el Código Técnico de la Edificación vigente ahora es de unos meses anterior a la construcción del edificio, ambos de 2007. Y que no ha habido cambios sustanciales en este tiempo que pudieran explicar la decisión adoptada por Fomento ahora. Luego se deduce que pudo haberse hecho algo mal en su día y que habrá que rastrear si había o no excepciones, como ha explicado el consejero, que justifiquen la decisión adoptada entonces por Urbanismo.

De momento nadie aclara, en qué condiciones se está permitiendo a los vecinos del edificio regresar a sus casas después de más de un año, a pesar de que la fachada no cumple la normativa y será obligatorio cambiarla. Según el relato de los propios vecinos, de las 42 viviendas que se distribuyen en los dos portables, sólo entre 10 y 15 de uno de los bloques, el menos afectado por el fuego, habrían regresado a su casa.

Preguntado por si Fomento habilitará ayudas para sufragar el cambio en la fachada que hace obligatorio para permitir la habitabilidad del mismo, Ramírez, ha dejado la puerta abierta, conforme a lo que ya viene haciendo la Ciudad Autónoma con otros edificios que necesitan rehabilitación, pero sin considerar ninguna ayuda económica específica, de momento. “No tengo constancia de esa situación. Muchas veces la Ciudad da ayudas para la rehabilitación de fachadas”.

Al mismo tiempo, Ramírez entiende que dadas las circunstancias la comunidad estaría en su derecho de solicitar “una compensación económica y pensar si reclamar o no reclamar. Están en su derecho de reclamar la responsabilidad si la hubiera frente a la administración”, en referencia a un aparente cambio de criterio de 2007 a 2024.

Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos acumula en los últimos tiempos decisiones aparentemente contradictorias a lo largo del tiempo. A este cambio sustancial de criterio respecto al edificio de colores se suma, sin ir más lejos, también asunto tratado en la rueda de prensa de este martes de Ramírez, los 8-9 años que lleva el contrato de la Planta de Transferencia de Basura en prórroga forzosa, sin que en casi una década la Administración Local haya licitado un nuevo contrato y los problemas que se están encontrado para la nueva licitación.

Por poner dos ejemplos, sin ir más lejos, a escasos cien metros del Ayuntamiento, ya bajo su mandato como responsable de Fomento, otra obra de la propia Ciudad Autónoma se saltó el Plan General de Ordenación Urbana y atravesó con un vial una zona ajardinada como la plaza de la Constitución.

Sobre todos estos asuntos, Ramírez ha acabado por bromear, afirmando que “yo no tengo la culpa de tener tantas competencias”. Lo ha hecho en varias ocasiones y lo ha reiterado, por ejemplo, cuando ha sido preguntado por para cuándo operará la recogida de basura y la limpieza viaria la empresa municipal recién creada, que estaba previsto inicialmente que comenzara a funcionar en abril.

Y a todos estos retrasos, incumplimientos e incongruencias, le ha restado peso, Ramírez, “en el área de Fomento se pueden tramitar cientos y cientos de expedientes de todo tipo cada año, de licencias de apertura, de sanciones, de todo tipo, si sólo 4 ó 5 expedientes levantan dudas y hay cientos y cientos no lo valoro como se nos enquisten las cosas, ni me preocupa. Confío plenamente en los técnicos y los jurídicos”, ha expresado.

Ramírez no ve, por el momento, problema alguno con el funcionamiento de un área, aunque a la vez, se ha defendido por los “8-9 años” sin sacar a concurso la licitación del contrato de la planta de transferencia echando balones fuera hacia quien gestionó anteriormente ese contrato, Medio Ambiente. Su ex compañero Yamal Dris la pasada legislatura o incluso anteriores responsables del área durante la legislatura 2015-2019. Aunque los técnicos fueran más o menos los mismos.