La Estación de Ferrocarril monta barra y pantalla sin licencia, doble vara de Fomento con la hostelería
Ernesto Sáenz en la Estación del Ferrocarril.
Ernesto Sáenz responsable de la Fundación Premio Convivencia./archivo
La normativa, tanto la de terrazas como la de ruidos, prohíbe de forma expresa a los locales de hostelería instalar pantallas en sus terrazas, pero también obliga a la Fundación Premio Convivencia a solicitar permiso para desarollar una actividad como la de este viernes para seguir el partido Alemania-España. No lo ha hecho. Medio Ambiente está obligada a paralizar de oficio la actividad.

Una vez más la celebración de un evento pone en evidencia la doble vara de medir que gasta Fomento con el sector hostelero (responsable de más del 10 por ciento de los empleos en el sector privado). La Fundación Premio Convivencia ha apostado para este viernes por disponer de una pantalla gigante en la plaza delante de su sede en la Estación del Ferrocarril para seguir el partido de cuartos de final de la Eurocopa entre Alemania y España. Si los aficionados deciden acudir allí se encontrarán con una barra, un ambigú, para dispensarles bebidas. Ni para la pantalla en la vía pública ni para el bar improvisado el centro ha solicitado permiso.

Según ha trasladado su responsable, Ernesto Sáenz, confirmaba a este medio que ni tan siquiera habían pedido permiso alguno dado que entendían que al tratarse de una cosa del centro no era necesario.

La Fundación de forma evidente hará una competencia desleal a los hosteleros que este viernes esperan tener un plus en la afluencia de clientes al rebufo del fútbol, que siempre es más divertido si se disfruta en equipo que sólo en casa. Y lo hará jugando con lo que ya es casi una tradición por parte de la Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos que dirige Alejandro Ramírez, que se esfuerza en vigilar casi de forma rutinaria a los locales de hostelería, llegando a enviar a la Policía a contar sillas y mesas de las terrazas, pero pasa de todo cuando se trata de eventos organizados por entes religiosos, culturales o de índole similar, como sería el caso de la Estación del Ferrocarril. Pero lo que dicen las ordenanzas es que la Fundación debería haber solicitado permiso, y más aún, que Fomento debería paralizar de oficio la instalación de la pantalla y la barra por no haber solicitado permiso.

No parece que sea sólo la doble vara de medir de Fomento ante estas situaciones lo que acaba por generar competencia desleal y agravios a todo un sector económico. Parte del problema está también en las propias ordenanzas.

Tanto la del Ruido como la de Terrazas reiteran una prohibición para el sector hostelero. El artículo decimosexto d ella ordenanza que regula la instalación de terrazas y veladores establece en su punto primero que “quedan terminante prohibidas las actuaciones en directo, así como, la instalación de equipos audiovisuales o la emisión de audio o vídeo en los espacios de terraza”. La misma prohibición se repite en la ordenanza de ruidos. Es decir, aunque bares y cafeterías quisieran este viernes competir con la pantalla gigante de la Estación del Ferrocarril no podrían hacerlo porque hasta dos ordenanzas municipales se lo prohíbe sin excepción alguna y de forma taxativa. La Fundación Premio Convivencia en la Estación del Ferrocarril, en teoría y según las mismas ordenanzas, tampoco puede, pero lo va a hacer porque alcanza con anunciarlo por medio de un comunicado remitido por el Gobierno a los medios de comunicación, contratarlo todo y disponerlo en la vía pública sin solicitar permiso para ello. Nadie les va a inspeccionar y nadie les va a decir nada ni desde Fomento ni desde la Policía Local, que a esa misma hora lo normal, como casi cada viernes, es que estén contando sillas y mesas en algún local de hostelería.

En Navidad sin ir más lejos, Fomento alegó en público que no podía permitir la instalación de barras en las plazas durante la Tardebuena porque no está permitido el consumo de alcohol en la vía pública. Días después de que el Gobierno de la Ciudad sostuviera ese argumento, regaló vasos de anís durante la polvoroná infantil en pleno Revellín. El ambigú del Ferrocarril de este viernes será otro ejemplo de hipocresía por parte del Ejecutivo.

“El Ayuntamiento podrá autorizar, por razones de interés general o de especial significación ciudadana o con motivo de la organización de actos con especial proyección oficial, cultural, religiosa o de naturaleza análoga, la modificación o suspensión con carácter temporal de los niveles máximos de emisión sonora”, dice el artículo 42 de la ordenanza del ruido, pero eso sí, para que eso suceda ha de haber una petición de la organización del acto y se debe relacionar las zonas afectadas y valorar su incidencia acústica.

En el punto 4 de ese mismo artículo 42 en cambio se deja claro que “En la vía pública y otras zonas de concurrencia pública, no se podrán realizar actividades como cantar, proferir gritos, hacer funcionar aparatos de radio, televisores, instrumentos o equipos musicales, mensajes publicitarios, altavoces independientes o dentro de vehículos. La Policía Local podrá determinar la paralización inmediata de dicha actividad o la inmovilización del vehículo o precisando del aparato del que procediera el foco emisor”.

Es más, en el punto 5 se establece la obligación de los agentes locales a intervenir los instrumentos y objetos que estén siendo usados para infringir la normativa. Este viernes, por ejemplo, deberían llevarse la pantalla gigante de la Estación del Ferrocarril.

El artículo 41 de esa ordenanza de ruido va sobre “Espectáculos públicos y actividades recreativas al aire libre”. Y habla de “autorizaciones” -no se ha solicitado por parte de la Fundación Premio Convivencia ninguna-. Su punto uno establece los requisitos a tener en cuenta para la solicitud de esa autorización y la concesión de la misma.

Y el punto 2 reza “si la actividad se realiza sin la correspondiente autorización municipal el personal funcionario del Ayuntamiento deberá proceder a paralizar inmediatamente la actividad, sin perjuicio del inicio del correspondiente expediente sancionador”.

Parecerá difícil cuando no imposible que Fomento justifique que desconocía la celebración de este evento que aspira a ser masivo en la vía pública cuando ha sido el propio Gobierno quien lo ha divulgado a través de un comunicado y cuando es una entidad municipal como la Fundación Premio Convivencia quien la convoca.

La Estación de Ferrocarril monta barra y pantalla sin licencia, doble vara de Fomento con la hostelería


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