Elecciones Europeas

Gamarra aprovecha el retraso en la aduana comercial y los vaivenes con las bonificaciones para pedir el voto

Cuca Gamarra durante su comparecencia.

La secretaria general del Partido Popular se encuentra de visita en Ceuta donde ha evitado hablar de una hipotética moción de censura contra el Gobierno del Estado apoyándose en los independentistas de Junts liderados por el prófugo Carles Puigdemont

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, se encuentra en Ceuta haciendo campaña de cara a las Elecciones Europeas y compareció ante los periodistas este mediodía para pedir el voto para su partido. Lo hizo incidiendo en las promesas incumplidas por parte del Gobierno de la nación. Principalmente la apertura de la aduana comercial y los vaivenes con las bonificaciones a la seguridad social para empresas. También propuso que las ciudades autómomas sean declaradas regiones "ultraperiféricas", un estatus que facilitaría el dinamismo económico con medidas singulares y habilitaría mejoras en las comunicaciones. Aprovechó su intervención para atacar personalmente al presidente del Ejecutivo nacional, Pedro Sánchez y evitó hablar de la hipotética moción de censura que deslizó en los últimos días Alberto Nuñez Feijoo y que necesariamente pasaría por aliarse con los independentistas de Junts, liderados por el prófugo Carles Puigdemont.

Gamarra habló desde uno de los salones del Hotel municipal, acompañada por Juan Vivas, presidente de la Ciudad, encargado de presentarla y de mencionar algunas de las necesidades imperiosas de la localidad; y por Cleopatra K'Raina, la ceutí que va en la lista del PP para las europeas, que en esta ocasión no tomó la palabra.

Juan Vivas, en el centro, con Cleopatra R´Kaina, a la izquierda, y Cuca Gamarra, a la derecha.

Vivas resaltó el conocimiento que la secretaria general tiene de Ceuta y volvió a insistir en uno de sus mensajes recurrentes: "Aquí concurren riesgos y amenazas que no encuentran parangón salvo en la hermana ciudad de Melilla". Habló de la necesidad de que las fronteras norteafricanas de España funcionen también como fronteras de la UE "en lo que se refiere al tránsito de personas y mercancías". Mencionó seguidamente la cuestión migratoria y su control en función de las capacidades de acogida de la localidad.

Pidió el presidente un "tratamiento específico en ámbitos capitales". Entre ellos, las comunicaciones y su necesaria mejora, así como "la financiación de los servicios públicos esenciales y de aquellas vinculadas a un desarrollo económico verde, azul e inteligente".

Concluyó su discurso mostrando la voluntad del PP de aglutinar el voto de los "descontentos con lo que ha pasado en España" y apeló a la Constitución y al espíritu de la transición como elementos inquebrantables para la convivencia. Eso sí, lo hizo sin mencionar explícitamente al Gobierno de la nación ni a Pedro Sánchez, a diferencia de lo que haría a continuación Gamarra.

La secretaria general del PP comenzó defendiendo la importancia "de Ceuta para Europa" y lanzó la propuesta de que las ciudades autónomas tengan tratamiento de regiones "ultraperiféricas". "Con eso se garantizarían las comunicaciones y las medidas fiscales para seguir generando progreso".

Vistió a su partido del representante más fiel del ceutí -"nunca les hemos dado la espalda", afirmó- tanto a nivel local como en las instituciones europeas. Se lanzó en ese momento a pintar su gestión como garante de la convivencia en contra de aquellos que pretenden "alzar muros". Una alusión que -dado que también mencionó los cultos religiosos y el lugar de origen- parecía dirigida a Vox, pero que luego, aclararía, iba por Pedro Sánchez, al que atacaría a continuación por sus "mentiras" en la apertura de la aduana comercial y el cambio de modelo "de un día para otro y sin explicaciones" de las bonificaciones a la seguridad social para las empresas.

Tras esto pidió el voto de castigo contra el presidente del Gobierno, al que se atrevió a situar en la esfera de escándalos de corrupción que afectan "a su partido, a su círculo y a su familia". Lo hizo Gamarra sin titubear, a pesar de que el último presidente Popular, Mariano Rajoy, acabó sufriendo una moción de censura tras condenar la justicia a su partido en diversas causas y de que por el momento los procesos judiciales abiertos a personas cercanas a altos cargos socialistas todavía no han llegado a esos extremos.

Cuca Gamarra a su llegada al salón del Hotel.

Incomodidad ante una hipotética moción de censura

Terminado su discurso, la única pregunta que recibió Gamarra y ante la que mostró una cierta incomodidad -algo que parece generalizado en el seno del PP- fue a cuenta de la hipotética moción de censura anunciada por Alberto Nuñez Feijoo contra el Gobierno nacional en función de los resultados de las elecciones europeas. Este movimiento tendría necesariamente que venir apoyado por los independentistas de Junts -quienes pusieron en marcha el Procés- y liderados por el prófugo Carles Puigdemont.

Tratando de paliar el efecto que este anuncio pueda tener sobre su resultado electoral -cabe la opción de que al votante popular no le convenza esta alianza- Gamarra dijo que no han hablado de ninguna moción de censura: "Estamos en unas elecciones, la moción se realiza en las urnas. Si ganamos, pierde Sánchez. Hay que darle un gran varapalo", zanjó.