Me comí un paquete de pipas

Una mujer, paseando por la playa de La Ribera / Archivo

Así, tranquilamente sentado en el sofá, viendo una peli. Sí que le di importancia porque solemos apreciar lo simple cuando algo no va bien. Pero, ¿cuántas veces no valoramos lo "simple"?

¿Ahora mismo que estoy sentado estoy valorando en su justa medida que puedo respirar con normalidad? ¿Soy consciente de que ahora mismo en una casa, en un hospital hay gente enganchada a una máquina de oxígeno?

Esta mañana me levanté, me vestí y me fui a trabajar, simple, ¿no? Cuando puse el pie en el suelo era consciente de que hay gente que no puede andar o que está en una silla de ruedas? ¿Era consciente de las personas que, por ejemplo, se han roto la cadera, la rodilla, un tobillo?

El fin de semana aproveché para leer un rato, tranquilamente, con Leoncito al lado, relajado. ¿Era consciente de que hay miles y miles de personas en el mundo que no pueden hacer eso porque los está matando la ansiedad, la angustia o la depresión?

Por la noche me preparé la cena, sentado, viendo la tele. ¿Era consciente de la cantidad de personas que por diferentes motivos no pueden comer porque están enfermos o porque ni siquiera tienen comida? Con la cena bebí agua, simple, me bastaba. ¿Era consciente de que hay gente adicta al alcohol y que beber agua cenando les resultaría una odisea?

¿Cuántas veces he estado en un hospital, en urgencias o en planta con un familiar envidiando al que está en su casa relajadamente haciendo sus cosas? Cuando soy yo el que está en casa haciendo mis cosas, ¿lo valoro?

Ayer por la tarde me acerqué a la Ribera, no bajé a la playa, solamente fui a dar un paseo con León. Al fondo podía ver Marruecos, ¿era yo consciente de que hay gente ciega y que no disfruta de eso?

Opino que desde el mismo momento que nos levantamos tenemos que dar las gracias por un millón de cosas. Los ejemplos que les he puesto los podría multiplicar por mil, porque son miles las cosas que hacemos sin valorarlas. Sí, ya sé que vivir apreciando cada momento vivido implicaría una sobreexcitación brutal, pero ¿de verdad que somos conscientes de lo inmensamente afortunados que somos en muchísimos momentos de nuestra vida?

Esa es mi reflexión.