Las palmas y faralaes de los trajes flamencos se han movido este fin de semana al ritmo de la solidaridad. El Colegio San Agustín ha vuelto a celebrar -como hace año tras año- su Cruz de Mayo solidaria en apoyo a las monjas misioneras de la congregación agustina en Mozambique.

Concursos de sevillanas y trajes flamencos para los más pequeños de la casa -desde los 3 años hasta alumnos de cuarto de primaria-, música y baile han llenado de alegría a los asistentes, que además de colaborar con una buena causa han disfrutado de deliciosa comida y participado en una amena rifa patrocinada por la generosidad de varias empresas y comercios de la ciudad.

Una oportunidad para estrechar lazos dentro de la comunidad educativa y entre familias cuya recaudación contribuirá a mejorar las condiciones de vida y dar una mejor educación a las presentes y futuras generaciones del país africano.

Ha sido posible, entre otros, a la horda de voluntarios -padres y familiares en su mayoría, pero también estudiantes y antiguos alumnos- que han trabajado incansablemente para compartir un fin de semana que los agustinos ya tienen marcado a fuego en el calendario. También han contado con la inestimable ayuda de Natalia Cabezón, profesora de la Academia de Baile Allegro, protagonista de una exhibición de danza del más alto nivel.

La Cruz de Mayo del San Agustín se queda en un fin de semana, pero el director de la institución educativa, David Díez, garantiza que se "dejarán ver" para aportar su granito en los eventos de esta índole que se realicen en otros lugares.