El gato blanco, la maldad humana y los picha corta de turno
No sé cómo se llamaba, solo sé que era un gato bueno, que cada vez que me acercaba, incluso con mi perro al lado, se revolcaba por la arena jugando y esperando ser acariciado. Esto de los gatos es como aquello del perro que sufre o del niño en la calle.
Si voy por la mañana a desayunar al Mona Lisa, y veo a 3...