¿Existe en Ceuta un problema de sobrepoblación felina? Cualquiera que viva en la ciudad -cualquiera que tenga ojos en la cara- dirá que sí. ¿Discrepan los más entendidos? ¿Creen estos, acaso, que el asunto está bajo control? No, no lo hacen. Aunque con matices, las (muchas) asociaciones que defienden a los gatos piensan exactamente lo mismo que el caballa de a pie. Ese pensamiento, a priori, es compartido por el Gobierno que preside Juan Vivas: el de que, en la Perla, la cosa se está empezando a ir de madre.

A principios del pasado mes de mayo, las entidades encargadas de velar por la integridad de los mininos que pululan por nuestra salada tierra aparcaron sus diferencias -y no son precisamente pocas- para abordar una cuestión que, de seguir in crescendo, acabará derivando en algo verdaderamente serio. La Protectora de Animales y Plantas, la Comunidad Gatuna, AGREVICE y la ya extinta Chats Noirs hicieron de tripas corazón para abordar una causa que afecta a todas ellas casi por igual: el disparatado número de animales callejeros.

Son tantos que ni siquiera la propia Comunidad Gatuna (la mayor de las cuatro entidades metidas en la pomada) sabe cuántos conviven en determinados puntos de la geografía ceutí. Tal es el caso, por ejemplo, de la colonia que se ubica junto al tanatorio. Pese a estar los felinos censados -esa es, al menos, la teoría-, la organización no tiene ni idea de cuántos habitan el lugar. "Eso lo debería saber Sanidad", dijeron desde dentro al que escribe estas modestas líneas hace ahora seis meses.

Según los datos que maneja AGREVICE, en Ceuta, hay en la actualidad "de 5.000 a 6.000 gatos callejeros". El problema, según su cúpula, es que, "desde el Ayuntamiento, no quieren saber nada del tema". Es, llegados a este punto, cuando conviene recordar que la Ciudad da cada año a las diferentes asociaciones varios miles de euros a través de sendas subvenciones nominativas. Sin ir más lejos, la misma Comunidad Gatuna recibió a finales de 2023 la friolera de 65.000 euros, dinero, por supuesto, directamente salido de tu bolsillo y el mío.

Lo de las ayudas tiene explicación: el Ejecutivo no cuenta con los medios necesarios para dar sustento a los mininos que viven en nuestras calles; se presta a necesidad, por tanto, externalizar todo lo relacionado con su cuidado. Ese cuidado contempla, entre otras cosas, una esterilización que tiene por objetivo, precisamente, enfrentar la problemática de la sobrepoblación. La cuestión aquí es que, al parecer, el dinero no alcanza para esterilizar a tanto animal. Eso o que las asociaciones responsables de hacerlo están eludiendo sus obligaciones.

A pesar de haber invertido el Gobierno cientos de miles de euros, a pesar de haber dispuesto este hasta la fecha un total de siete campañas de 'Captura, esterilización y retorno', los esfuerzos han demostrado ser del todo insuficientes. Lejos de ir hacia el escenario deseado por todos, la Protectora, AGREVICE y el resto de actores privados consideran que "la situación está yendo a peor". Este año, sin ir más lejos, "no se están llevando a cabo las esterilizaciones". El motivo, al parecer, es que "no se cuenta con personal suficiente para capturar y transportar a los gatos".

Desde la llamada 'Asociación en Defensa de los Felinos de Ceuta', dicen estar "desbordados". Y es que, además de recursos humanos, la organización resultante de la unión de las asociaciones promininos no cuenta -ni parece que vaya a contar- con "instalaciones donde los animales puedan pasar el pre y el postoperatorio". La conclusión, por tanto, es más que clara: "El programa de esterilización pagado por la Ciudad no funciona".

A fecha de julio de 2024, AGREVICE asegura llevar ya "casi sesenta gatos esterilizados". El ritmo de la entidad que encabeza Eduardo Sánchez arroja una media de "entre cuatro y seis animales por semana". Al igual que sucediera con todas las anteriores (los datos están ahí), la campaña de este curso ha sido, para Sánchez, "un completo desastre". A juicio del ceutí, "quien tiene que tomar cartas en el asunto es Sanidad Animal", no la ciudadanía de manera altruista.

La cúpula de AGREVICE cree que lo primero es "tener un buen equipo". Sánchez y los suyos reclaman, en síntesis, que haya "más veterinarios" y "más vehículos circulando por la calle". Además de todo ello, sería conveniente elaborar "un mapa demográfico" que refleje "las zonas en las que hay que actuar". Lo que está claro es que el camino actual no es el más idóneo: "No puede haber 5.000 animales tirados en la calle".