'Espiral' hace la luz
Integrantes del grupo 'Espiral' /K. Torrres
Integrantes del grupo 'Espiral' /K. Torrres

La historia de una de las bandas con más pedigrí de Ceuta se remonta a cuando dos de sus integrantes se conocieron de adolescentes y se reencontraron como policías años después. Ahora, estrenan disco con la mirada puesta en su vigésimo aniversario


Rogelio Mateos y Antonio Jurado se conocieron a los 14 años. Tenían algún grano más y "melena". Compartían una pasión, la música y rápidamente se juntaron para formar un dueto. Llegó la universidad y se separaron: "Para poder hacer música tienes que organizarte tu vida antes, estudiar y encontrar un trabajo". El destino quiso que volvieran a coincidir como agentes de la Policía Local de Ceuta y que acabaran formando uno de los grupos más destacados de la Ciudad, 'Espiral'. Integrado por nombres ilustres de la música ceutí -Alberto Mateos (voz), José Luis Corrales (guitarra), Ángel Koto (teclado) y Luis Zapater (guitarra)-, estrenan disco bajo el título 'Hágase la luz'. Un álbum que demuestra la versatilidad de sus componentes sin salirse de su género el "heavy rock".

A punto de cumplir veinte años, Rogelio Mateos, el bajista, recuerda que sus orígenes se remontan precisamente a la tierna adolescencia, cuando su camino se cruzó con Jurado. "En el instituto nos unió la música. Compartíamos los vinilos, las cintas de cassette y todo iba orientado a formar una banda. Mi madre me compró un bajo, a él, una batería".

Corría el año 1988 y ahí surgió el "primer embrión" de lo que acabaría siendo 'Espiral'. "De aquella, ser una estrella del rock era un sueño. Es lo que tiene ser adolescente", rememora Mateos, que pronto se dio de bruces con la realidad de la adultez.

"Llegó la innegable necesidad de continuar los estudios", asevera el bajista, que sin una vocación clara decidió seguir los pasos de su novia, ahora esposa y madre de sus dos hijos, con la que lleva saliendo desde los 15: "Antes de terminar la carrera sabía de que de aquello no iba a trabajar, pero me alegro de la decisión", agrega el artista, que antes había probado las mieles del éxito con el grupo 'Sheilan', tocando en directo en la Península y grabando sus primeros discos.

La vida le volvió a juntar rápidamente con Jurado. "Cuando entré a la Polícía Local me encontré que el ya estaba allí". Ese reencuentro, tras meses de "ensayar en un trastero juntos", llevó a la formación de 'La taberna de Moe', en el año 2001. Banda en la que además del bajista y el batería se encuadró a partir de 2002 el guitarrista Luis Zapater. Después introdujeron a su primo, José Domínguez, y finalmente a 'Wiki', el cantante: "Grabamos una maqueta con temas en inglés porque él (Wiki), se manejaba bien en el idioma. Por incompatibilidad con su vida lo dejo y creamos 'Espiral'".

Integrantes del grupo 'Espiral' /K. Torrres
Integrantes del grupo 'Espiral' /K. Torrres

El nacimiento de 'Espiral'

Inspirados en grupos legendarios, véanse "Scorpions, Iron Maiden o Metalica" y grupos españoles como "Barón Rojo, Obús o Panzer", transitarían su camino hasta formar en 2005 'Espiral'. "Entró Jorge Jordan que fue el primer cantante de esa formación. Hubo composiciones de 'La taberna de Moe' que se adaptaron a Jorge (Jordán) y las letras se tradujeron al castellano", abunda Mateos.

Su primer disco como conjunto coincidió con una buena época para la escena en Ceuta. "Vinieron 'Skizoo' y 'Brutal Thin'' y fuimos sus teloneros. También tocamos en la Casa de la Juventud y en alguna sala. Además, se fundó en 2007 la Asociación Séptimo Infierno que ayudó mucho y es fundamental en Ceuta y de su mano hicimos algún concierto. También tocamos en la provincia de Málaga", rememora el bajista.

Un salto de calidad

Con su segundo disco llegaría un importante "salto de calidad", cuidando con mimo todo lo que rodeaba al álbum. "Se dio un salto. No en las composiciones sino en la inversión, en la apuesta por un disco semiprofesional. Se grabó en los estudios de Caco y Javi Perera. Lo sacamos con una distribuidora que pegaba fuerte, Santo grial y tuvo distribución a nivel nacional".

Tenia dos versiones, una de Héroes del silencio y otra de OBK. "Era arriesgada esta última, pero quedó brutal", cuenta Mateos. Hicieron también un videoclip "que tuvo mucho tirón', de la canción 'Alma en Ruina', con "Cristian Marfil y emilio Pomares".

Mira atrás el bajista y sin dudarlo afirma que aquella época "fue muy buena". "Tuvimos buenas críticas a nivel nacional y todo era muy cuidado. Contamos con Kristina Torre, una gran profesional, para la parte de fotografía y diseño". Aunque en aquel momento parecía "que la música estaba decaída", los integrantes de 'Espiral' decidieron "arriesgar" y la apuesta salió bien: "La única espinita que nos quedó clavada es que nos hubiera gustado salir más fuera a tocar, pero en Ceuta tenemos ese hándicap. Los costes del desplazamiento te frenan", confiesa Mateos. 

Despedidas con el tercer álbum

El tiempo corrió rápido hasta 2014. Jorge Jordán dejaba la Ciudad y 'Espiral' no quería perder todos los temas que había ido preparando desde 2009. Así se grabó si tercer disco, 'Cicatrices', que también supuso la despedida de José Domínguez, quien, tras grabar, dio paso a José Luis Corrales.

En aquel momento, reconoce Mateos, se encontraron en la disyuntiva de qué hacer tras un largo parón que se extendió hasta 2018: "Nos planteamos dejar el grupo, pero acabamos encontrándonos con Alberto Mateos, otro gran emblema de la música heavy rock en Ceuta, miembro de la mítica 'Tharna'. Hablamos con él unas navidades y se incorporó".

De ahí a la grabación del cuarto álbum de la banda no pasó tanto tiempo. Fue en 2020. "Elaboramos un recopilatorio con dos temas nuevos y una versión de 'Una noche más', de 'Tharna'", añade Rogelio Mateos, que junto a sus compañeros vivió la cara cruda de la pandemia para el mundillo del arte. "En marzo el disco estaba en fábrica y justo nos confinaron".

Llegó la pandemia y 'Espiral' permaneció

Tenían también programado el estreno del videoclip y a principios de julio esperaban lanzar su cuarta compilación de canciones. Mientras esperaban, solo les quedaban las videollamadas para charlar con la ilusión de lo que estaba por venir, ya que a algunos se les habían quedado los instrumentos en el local de ensayo. Por suerte, con el verano, las restricciones se relajaron y la respuesta del público fue buena.

El disco siguió su rumbo tanto en plataformas digitales como en formato físico. "Se vendieron camisetas y tuvo una respuesta importante del público a nivel local y nacional. Salimos en muchos medios digitales. Todo ello permitió que el grupo diera un salto mediático muy grande, a pesar de la pandemia", recuerda Mateos.

Ya en 2021 pudieron retomar las actuaciones -aunque habían hecho dos en festivales internacionales de manera telemática- con un show para cincuenta personas en el Teatro Auditorio del Revellín: "Mira, tuvo que hacerse con las separaciones obligadas y todas las limitaciones, pero fue un subidón de adrenalina exagerado", recuerda aún emocionado el bajista de la banda.

Varios conciertos después, incluida una gira que les hizo parar en Oporto, Madrid o Alicante -tuvieron que cancelar un concierto en Mallorca a causa de un repunte de casos de covid-19-, acabaron por aparecer en un programa de Radio Televisión Española que incrementó su proyección nacional.

Portada del disco 'Hágase la luz'.
Portada del disco 'Hágase la luz'.

Un disco que tiene de todo

"Seguimos componiendo material nuevo trabajando en el disco, hasta que ya el año pasado nos metemos en el estudio de grabación con las ideas claras", prosigue Mateos, que cuenta como volvieron a ponerse en manos de Kristina Torre para la parte fotográfica, encargando a Portugal el diseño gráfico y el vídeo lírico, mientras que el J.J. Morales elaboró el videoclip.

'Hágase la luz', que ya incluye a la última incorporación del grupo, el teclista Ángel Koto, empezó a componerse en plena pandemia. Alberto Mateos, autor de todas las letras comenzó "escribiendo inquietudes en la soledad de esos momentos". De ahí salió "un canto a la luz", en contraposición con la "oscuridad" de aquellos tiempos: "Era un momento de distanciamiento social, de perder ese beso, ese abrazo. El disco intenta llevarnos a lo que perdimos y a esta nueva realidad que nos permite recuperar lo anterior".

Un álbum lleno de brillo, con canciones muy variadas, incluida una dedicada a Ceuta y otra en contra de los conflictos armados. También hay arranques de locura que funcionan, como un tema solo a teclado y voz, y otro con una suerte de rap. Una demostración de versatilidad que llega poco antes del vigésimo aniversario de la banda -será en 2024- y que ya está disponible para el público general.

'Espiral' hace la luz


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