Lleva ocurriendo "varios meses". No es un caso aislado; es un problema que atañe -según el relato ofrecido por la parte afectada- a "la mayoría de las jugadoras". Hoy, 25 de junio, tras largo tiempo de absoluta quietud, la plantilla del CD Camoens ha roto su silencio. Desesperadas, las futbolistas han decidido salir a la palestra para denunciar públicamente que la entidad para la que se desempeñan como tales no está abonando sus salarios, situación que, claro está, ha terminado por hacer estallar al vestuario.

El grupo, que dice llevar desde el inicio de la problemática "sin respuesta de la directiva", ha hecho llegar a este digital un comunicado en el que han plasmado su firma hasta nueve deportistas. En el escrito, estas últimas aseguran estar "a la deriva" y "casi sin nada que comer". "Estamos prácticamente viviendo del aire", expone la misiva. Para las jugadoras de origen foráneo, el contratiempo es doble. Lo es por la sencilla razón de que la coyuntura ha privado a todas ellas de visitar con regularidad sus respectivos lugares de origen. "No podemos ir a nuestras casas", se quejan las damnificadas.

Por razones obvias, la circunstancia ha generado "malestar con el club". Tal y como habría cabido esperar, los impagos han dado pie a que "algunas compañeras" se estén enfrentando ahora a "problemas de endeudamiento", hecho que, a su vez, está impidiendo a estas mismas "ayudar económicamente" a sus familias. Parece evidente, por tanto, que no hablamos de un inconveniente precisamente menor.

Desde el plantel, afirman que, "muchas veces", ha habido quienes se han personado en las sesiones de entrenamiento "sin desayunar o sin comer". "Aún así, hemos seguido cumpliendo con nuestras obligaciones", señalan las afectadas, que, a pesar de lo delicado de la tesitura, han tenido entre ceja y ceja durante toda la temporada "jugar el play-off por primera vez".

Más allá de lo estrictamente monetario, las futbolistas defienden que lo "inhumano" del escenario actual les está pasando factura en el plano psicológico. "Nos sentimos decepcionadas", lamentan desde el vestuario. "No queríamos esto, pero llevamos meses escuchando promesas que nunca se han cumplido", explican. Llegados a este punto y tras haber logrado un "hecho histórico" resultante de "el esfuerzo y el compromiso de todas", las deportistas solo anhelan una cosa: "Queremos que se nos escuche y que se nos diga la verdad".