El INGESA ha salido este 11 de junio a la palestra para hacer pública su "más enérgica condena" a propósito de la agresión verbal sufrida ayer por una médico de familia y una residente de cuarto año que, en la actualidad, pasan consulta en el Centro de Salud de Otero.

Desde la Dirección Territorial del ente público, creen que los episodios como el narrado "son inaceptables". Lo creen por la sencilla razón de que estos "socavan la seguridad y el respeto que debe prevalecer en los entornos de atención médica".

El suceso, por fortuna para ambas víctimas, no llegó a mayores. Luego de que las dos profesionales diesen la voz de alarma, se procedió a la activación del llamado 'Protocolo antiagresiones' diseñado por parte del propio INGESA. El mismo incluye la presentación de la correspondiente denuncia en comisaría, cosa que, efectivamente, hicieron las facultativas horas después de producirse el altercado.

Cabe destacar que el protocolo en cuestión contempla, además, procedimientos de asesoramiento y apoyo a las víctimas. Asimismo, pone a disposición de estas últimos los medios necesarios para emprender las acciones legales pertinentes (siempre de forma anónima, eso sí).

Desde el año 2017, el Instituto dispone, además, de la figura del "interlocutor policial sanitario", un canal directo de comunicación que tiene por objeto "informar sobre cualquier tipo de agresión" -sea esta verbal o física-, un mecanismo que "refuerza la seguridad y la protección de los sanitarios", asegurándoles "una respuesta rápida y efectiva ante cualquier incidente".

Resulta importante subrayar que "un delito no denunciado es un delito no conocido por las autoridades", lo que, traducido al castellano de a pie, viene a significar que ese mismo delito no se ha producido nunca. "Cuando las agresiones no son denunciadas, quedan silenciadas", avisan Jesús Lopera y compañía.

Por supuesto, no todas las agresiones cumplen con la norma de ser físicas. A este respecto, el INGESA está en contra de "cualquier tipo de violencia hacia los profesionales sanitarios". El aviso es claro: "Los insultos y amenazas no denunciados hoy podrían convertirse en una agresión mañana".