A finales del siglo XIX, el gas y la electricidad se usaban para la iluminación de nuestras calles y para los hogares. Aunque la electricidad fuera un lujo para nuestros hogares, debido que la corriente continua dificultaba el uso en las viviendas.

En 1875 la industria eléctrica realizó un gran avance en la construcción de la primera central eléctrica, alimentando a establecimientos y talleres. Teniendo como principal inconveniente el transporte a larga distancia. En 1901 se intentó transportar hasta a 3 km. Llegamos a 1909, España era el país que disponía de las líneas con mayor tensión y distancia de Europa: 60.000 V entre la central del Molinar (río Júcar) y Madrid, 260 km.

Después de la Guerra civil, se produjo el gran problema de poder suministrar a todos los puntos de España para garantizar la demanda que se habia generado. Debido a que no se había invertido en la renovación de las líneas según el aumento de la población en las principales ciudades.

Seguimos inmersos en el siglo pasado; en el momento que hay algún problema, sea el que sea. Demasiadas veces debido al mantenimiento de las líneas, a la nula adecuación de las mismas a las nuevas directrices europeas de preparación ante la posibilidad de inyección de sobrantes de la generación de energía renovable.

Nuestra eterna Utopía

Objetivos recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), aumento en de la ambición que se fijó en el Consejo Europeo de 10 y 11 de diciembre de 2020, en el que se acordó un objetivo a 2030 de reducción de emisiones de la UE de al menos un 55 %, respecto a los niveles de 1990, como senda de reducción de emisiones coherente para alcanzar la neutralidad climática en la UE en 2050.

Para aumentar la ambición climática a un 55 % en la UE en 2030, la penetración de renovables en energía final tendría que incrementarse hasta alcanzar entre el 38% y el 40 % para 2030, y la eficiencia energética entre el 36 % y el 37 %.

El PNIEC aprobado en España ya establece un 42 % en renovables y un 39.5 % en eficiencia para 2030 Fuente: Resolución de 25 de marzo de 2021, conjunta de la Dirección General de Política Energética y
Minas y de la Oficina Española de Cambio Climático, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros
de 16 de marzo de 2021, por el que se adopta la versión final del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030.

Si los poderes públicos de la ciudad se tomaran en serio toda esta normativa europea y se realizara una inversión en la generación a través de energías renovables o al menos fuese una fuente de generación alternativa, no nos encontraríamos en demasiados casos en el eterno “regreso al futuro” volviendo al siglo
XIX. Dependiendo totalmente de una central generadora a través de materias fósiles. Su eterno cordón umbilical a la madre España es su gran solución aun cuando se ha tardado tanto en llegar a ella que ya es obsoleta. Aunque se está a tiempo de invertir en una generación renovable según las directrices europeas e ir desligándose de esa contaminante generación a través de energía fósil.

En definitiva

Entes públicos de la ciudad:

Realicen una mayor inversión en el futuro que disponen las directrices europeas de obligado cumplimiento y no permanezcan en su futuro cordón umbilical. Eliminen la generación a través de energías fósiles y modernicen sus líneas eléctricas de la ciudad pudiendo inyectarles la energía generada a través de fuentes renovables. Puede ser que aún estemos a tiempo para nuestra siguiente generación.

Para todo somos Europa, también para que nos lleguen las ayudas. No queremos permanecer en el siglo XIX.