Pocos días al año hay de descanso para la Policía local más allá de aquel que sirve a sus agentes para festejar a su patrón. Lo saben quienes integran el Cuerpo, pero también sus familiares, testigos directos del sacrificio y el afán de superación de todos esos hombres y mujeres que, cada día, dan lo mejor de sí mismos para que la tranquilidad de la ciudadanía caballa sea plena.

Se celebra cada curso de manera ininterrumpida -pandemias aparte- desde hace ya varias décadas. Por supuesto, este 2024 no iba a ser una excepción: San Urbano ha vuelto a ser honrado este penúltimo viernes de mayo con acto atravesado de cabo a rabo por el sentimiento y, sobre todo, por el reconocimiento, uno hacia una institución que atesora ya más de un siglo de servicio activo en pro del bienestar común de todos los ceutíes.

Además del escenario, pocas novedades ha habido en un acto que, cada vez más, encuentra su razón de ser en las medallas y las placas conmemorativas. En ambos casos, se han repartido muchas, pero ni de lejos tantas como en junio de 2023. Si por aquel entonces fueron cerca de veinte los beneficiarios, en esta ocasión, el monto apenas ha superado la docena.

Hace ahora casi 365 días, el área de Gobernación se decantó por el Hotel Puerta de África para conmemorar a ese santo que fue papa de la Iglesia Católica y que, ahora, protege a nuestros policías locales cual ángel de la guarda; este año, el evento se ha desarrollado al completo en el Salón del Trono del Palacio Autonómico, cuya postal lucía poco antes de la hora del almuerzo cercana al exceso de aforo.

Su estructura representa -como dice Vivas- "la casa común de todos los ceutíes". Como punto de encuentro que es, hoy, han convergido en el ayuntamiento autoridades -civiles y militares- y un número nada desdeñable de invitados que no querían perderse por nada del mundo lo que estaba por venir. La cita la han secundado rostros tan de sobra conocidos como el segundo jefe de la Comandancia, Fernando Rocha, y políticos de uno y otro extremo del arco parlamentario del orden de Teresa López y Fatima Hamed.

Centraba la estampa el primer grupo de homenajeados, un conjunto formado por cinco agentes a los que su buen desempeño vestidos de uniforme a lo largo del pasado ejercicio les ha valido este 24 de mayo una sentida recompensa en forma de condecoración. Los reconocidos han sido Manuel Ángel Pérez Segura, Jaime Hoyos López, Jesús Galván Pozo, Jaime Yodra Merelo y Ángel José Ruiz García. A todos ellos, el superintendente Sebastián Vega les ha trasladado su gratitud por su "compromiso" y su "afán por ir más allá de las obligaciones".

Vega ha aprovechado la ventana que le han bridado los medios de comunicación para subrayar que "este año ha traído buenas y relevantes novedades en el campo de la organización". Sin ir más lejos, Gobernación ha adquirido quince nuevos coches patrulla y se están ultimando los trámites para comprar dos drones que servirán, entre otros menesteres, para "contribuir a la vigilancia sobre las infracciones penales contra el medioambiente", así como para "controlar las construcciones ilegales".

La cosa no solo ha ido de medallas: también ha habido tiempo para acordarse de todos aquellos que, por desgracia, ya no se encuentran entre nosotros. A José Miguel Antúnez, Vega ha trasladado públicamente -allá donde quiera que esté- unas sencillas palabras: "Nos dejó demasiado pronto". Al resto de cuantos forman el Cuerpo, el superintendente ha dado las gracias "por hacer de la nuestra una gran policía".

Finalizado el discurso de Vega, Jorge Manuel Ríos Ríos y José Luis Visiedo Muñoz han recibido de manos de este mismo sendas placas en señal de reconocimiento hacia su trayectoria y su ya consumada jubilación. Inmediatamente después, se han entregado placas de agradecimiento a Bomberos, a la Unidad Administrativa de la Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos, a la Unidad de Derechos Ciudadanos y Sanciones de la Delegación del Gobierno, al Área funcional de Sanidad de la propia Delegación, a la Federación de Triatlón, al guardia civil Marco Antonio Arrabal Sánchez y a Ismael Dris Mohamed.

Juan Vivas se hacía con la palabra y con, ello, se elevaba el grado de solemnidad. Cree el presidente de la Ciudad que "no hay mayor atributo de la autoridad que aquel que consiste en el cumplimiento del deber". Siendo esa la premisa, el jefe del Ejecutivo local tiene claro que los miembros de la Policía local pueden "sentirse orgullosos" por partida doble: primero, por serlo; segundo por "servir a Ceuta".

Vivas, que ha destacado de los agentes su "cercanía, proximidad y voluntad de servir a nuestros vecinos, vivan estos donde vivan y se llamen como se llamen", tiene claro que esto último ha de ser "un acicate" para que los funcionarios adscritos al Cuerpo hagan su trabajo "aún mejor". A la familia de Antúnez, un mensaje: el de que "la muerte no es el final".