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Jóvenes por la Dignidad

Los informes PISA han vuelto a arrojar luz sobre una preocupante realidad en Ceuta: nuestros estudiantes están quedando atrás en más de un aspecto crítico de su educación. Más allá de los resultados deficientes en Matemáticas, Lengua y Ciencias, un nuevo informe destaca una deficiencia aún más inquietante: los alumnos de Ceuta son los menos creativos de España.

La creatividad no es simplemente un lujo educativo; es una necesidad fundamental en el siglo XXI. Fomenta la innovación, la resolución de problemas y el pensamiento crítico, habilidades esenciales para navegar en un mundo cada vez más complejo y competitivo. Sin embargo, los estudiantes ceutíes, con una puntuación de 26,1 sobre 60 en pensamiento creativo, se encuentran muy por debajo de la media nacional y europea.

¿Qué significa esto para el futuro de nuestros jóvenes? La falta de creatividad, combinada con una mentalidad de crecimiento limitada – ya señalada en el último informe – crea un círculo vicioso de baja autoestima y pocas expectativas de mejora personal. Los estudiantes que no creen en su capacidad de cambiar su inteligencia y que no desarrollan habilidades creativas están en desventaja significativa para enfrentar los desafíos del futuro.

La raíz de este problema parece ser multifacética. En Ceuta, el entorno educativo no parece fomentar suficientemente la creatividad en todas las materias. Mientras en otras comunidades, los estudiantes sienten que la creatividad puede ser expresada en cualquier disciplina, en Ceuta esta percepción es significativamente menor. Este hecho no solo refleja un problema en la estructura educativa, sino también una necesidad urgente de un cambio cultural en la educación.

La disparidad socioeconómica añade otra capa de complejidad. Los estudiantes de entornos desfavorecidos en Ceuta son los más afectados, mostrando un rendimiento significativamente menor que sus compañeros más favorecidos. Esta brecha no solo perpetúa la desigualdad, sino que también mina el potencial de muchos jóvenes talentosos que simplemente no tienen acceso a las mismas oportunidades.

Entonces, ¿cómo respondemos a esta crisis? Primero, necesitamos un compromiso renovado de toda la comunidad educativa para implementar programas que integren la creatividad en el currículo diario. Esto incluye la creación de entornos que incentiven el pensamiento innovador, tanto dentro como fuera del aula, y la provisión de recursos adecuados para actividades extracurriculares que fomenten el pensamiento creativo. La colaboración entre autoridades educativas, docentes, familias y estudiantes es esencial para lograr un cambio significativo.

Además, es crucial promover una mentalidad de crecimiento en los estudiantes. Los jóvenes deben aprender que su inteligencia y habilidades pueden desarrollarse con esfuerzo y perseverancia. Esto requiere no solo cambios en el enfoque educativo, sino también en el apoyo psicológico y emocional dentro de las escuelas.

El tiempo de actuar es ahora. No podemos permitirnos el lujo de dejar que una generación de ceutíes se pierda debido a las limitaciones actuales del sistema educativo. La creatividad y la mentalidad de crecimiento no son meros aditivos; son esenciales para preparar a nuestros jóvenes para un futuro brillante y lleno de oportunidades.