Ramírez asegura que la normativa de ruidos da vía libre a la Ciudad para organizar eventos públicos
Alejandro Ramírez durante el Consejo de Gobierno de este martes
Alejandro Ramírez durante un Consejo de Gobierno./archivo
El máximo responsable en la vigilancia sobre ruidos niega que los eventos organizados en la vía pública por parte de la Ciudad necesiten de permiso de Medio Ambiente. La realidad es que la ordenanza no recoge esa excepción.

Alejandro Ramírez ha salido este martes en defensa de la Fundación Premio Convivencia por la disposición de una pantalla para seguir el partido de cuartos de final de la Eurocopa entre España y Alemania el pasado viernes sin requerir permiso alguno para la organización del evento. El titular de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos, ha dado la razón al responsable de la Fundación que entendía que no necesitaba ese permiso:

“Yo no voy a entrar en la parte más jurídica o técnica, lo que sí tengo conocimiento que la Ordenanza de Ruido dice y excepciona, en materia de ruido, que cualquier evento organizado por la Ciudad que sea lúdico, religioso, etc., que es lo que tiene competencias Consejería Cultura, con esa excepción, pueda organizar ese evento. Tenemos la Feria los 5 días de agosto”, ha explicitado de forma literal Ramírez.

El consejero se sitúa con su opinión al margen o por encima de las ordenanzas. La citada excepción a la que alude no existe en la Ordenanza de Ruido. Y bajo esa creencia cabe preguntarse si todos los eventos culturales y lúdicos que se han venido organizando por parte de la Ciudad lo han hecho sin requerir permiso alguno y por tanto al margen de la legalidad, incluida la Feria. Algo que sería especialmente grave por tratarse de la propia Administración, la misma que debe perseguir los incumplimientos, la que se estaría saltando las obligaciones que después exige a privados.

La ordenanza en ese sentido es taxativamente clara y establece, sin excepción alguna, que cualquier evento organizado en la vía pública debe contar con autorización. Es más el artículo 42.1 reza así:

“El Ayuntamiento podrá autorizar, por razones de interés general o de especial significación ciudadana o con motivo de la organización de actos con especial proyección oficial, cultural, religiosa o de naturaleza análoga, la modificación o suspensión con carácter temporal de los niveles máximos de emisión sonora establecidos en el artículo 10, a petición de sus organizadores, y en relación con las zonas afectadas, previa valoración de su incidencia acústica y, de acuerdo con el procedimiento señalado en el siguiente apartado”.

Pero lo cierto es que para eso, los organizadores deben presentar solicitud con al menos un mes de antelación para analizar el caso y resolver. Algo que parece evidente que no ha sucedido en el caso del pasado viernes, dado que ni la Fundación Premio Convivencia, ni el propio Consejero, máximo responsable en todo lo tocante al ruido, según la Disposición Final Primera de la propia ordenanza, consideran necesario.

Visto lo visto, hoy por hoy a cualquier vecino de la Marina que odio, deteste o sufra la Feria le alcanzaría con irse al registro de la Ciudad para poner en serio riesgo la celebración de la Feria visto lo visto.

En cualquier caso, Ramírez, no se ha enrocado en la excepcionalidad o no, contemplada o, más bien, no contemplada en la Ordenanza y ha explicado que lo único que hizo la Fundación Premio Convivencia fue ampliar la celebración del evento que ya tenía programado para ese viernes del Festival 7 Soles 7 Luas de larga tradición en el verano cultural ceutí y que este año se realizó en la plaza de la Estación Ferrocarril cuya obra ya contempló todos los elementos necesarios previendo la organización de estos eventos. La Fundación sólo jugó con los horarios y añadió una pantalla gigante para poder programar también el partido y no restar asistencia por el fútbol al festival.

Ramírez asegura que la normativa de ruidos da vía libre a la Ciudad para organizar eventos públicos


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