- martes 16 julio 2024
Nueva York- Si a la Gran Depresión historiadores y psicólogos coinciden en que se le podía haber llamado la Gran Desesperación, la actual crisis podría haberse conocido como la Gran Recesión, según el profesor de historia económica de la NYU Stern School of Business, Richard Sylla.
Si se toma al pie de la letra el último informe del Departamento de Comercio de Estados Unidos sobre el crecimiento de un 0,9% de la economía (3,5% en tasa anualizada) entre julio y septiembre, se podría decir que la recesión, que empezó en diciembre de 2007, ya ha terminado. Y lo hace precisamente cuando se cumple el 80 aniversario del gran colapso de los mercados el 29 de octubre del año 1929.
Ayer, la administración Obama informó que el paquete de estímulo económico del presidente Barack Obama de 787.000 millones de dólares ha salvado o creado alrededor de 650.000 millones. Todavía así, el líder estadounidense reconoció que su regla de medir el fin de los problemas económicos es que los ciudadanos puedan pagar las facturas holgadamente.
El péndulo de la crisis
¿Cuál será el futuro de EE UU? El experto de la consultora financiera Standard and Poor´s David Wyss explica a LA RAZÓN que «hay un péndulo en las políticas económicas que se mueve en cada gran crisis».
«En los años 30, lo hizo hacia un gobierno con más control y con influencia en la economía. La crisis del petróleo en los años 70 llevó a la revolución Reagan. Entonces, el péndulo se movió hacia un gobierno más pequeño. Ahora, lo vuelve a hacer otra vez. Espero ver más regulación gubernamental, sobre todo en los mercados financieros, y más influencia en el sistema sanitario y las políticas de empleo», destaca el experto.
El profesor en política de la Universidad de St. Joseph´s Randal Miller también coincide en que habrá «más» regulación a consecuencia de la crisis, aunque desconoce en qué grado se producirá. El historiador Richard Sylla admite a este periódico que el que los estadounidenses prefieran que el gobierno apenas intervenga se debe a la historia del país. «Les gusta ser independientes y responsables de sus propias vidas. No quieren depender de nadie. Eso sí, esta crisis les ha enseñado que a veces el sector privado no es tan eficiente como pensaban», recuerda el historiador, que también anticipa reformas financieras y más control gubernamental en sus responsabilidades sociales.
Todavía así, Sylla se muestra optimista y prefiere decir que hay un 90% de personas que todavía tienen trabajo en vez de apuntar que hay casi un 10% de empleados que han perdido su puesto laboral en EE UU. El informe de septiembre reveló el índice de paro en el 9,8%, aunque se esperan las cifras de octubre la semana que viene.
Regulaciones específicas
Miller augura que habrá más regulación en el precio de los medicamentos, la asistencia del sistema sanitario, las prácticas médicas y los programas de seguros, incluso aunque no se pueda consolidar un plan nacional de reforma sanitaria. «Entonces –a su juicio-, las regulaciones serán específicas y vendrán en diferentes formas de legislación», señala.
«Además, los problemas de salud de los estadounidenses, como la obesidad, traerán más presiones para que haya más regulación en las etiquetas de los productos alimenticios o el que ciertos alimentos (caramelos o barras de chocolate) estén al alcance de los niños», admite Miller, que destaca que el clima político no permitirá mayores reformas regulatorias.